Encuentra dos piezas que tengan un sonido idéntico. Es apto para niños a partir de 3 años y estimula la motricidad, la capacidad de memoria y la clasificación de lo escuchado.

• Instrucciones de juego incluídas
• Número de piezas: 12 bloques triangulares con 6 sonidos diferentes
• Material: Madera
• Tamaño: 6,7 x 6,7 x 5,8 cm

Preparación del juego Coloca los bloques sobre la mesa con los símbolos hacia abajo y mézclalos muy bien.

Las reglas El jugador de menos edad puede comenzar levantando uno de los bloques y agitándolo con la mano. A continuación, tú puedes levantar otro bloque y escuchar su sonido. ¿Crees que los sonidos de ambos bloques son diferentes? Entonces déjalos de nuevo en el mismo lugar donde estaban. ¿Te parece que los dos bloques suenan igual? Entonces puedes darles la vuelta. ¿Tienen los dos la misma clave de notas? Entonces has escuchado el sonido correctamente. Ahora puedes quedarte esos dos bloques y colocarlos delante de ti con los símbolos a la vista. Y puedes continuar jugando. Quizás consigas encontrar de nuevo dos sonidos iguales. ¿Las claves de notas indicadas en los bloques son diferentes? Entonces te has equivocado. Coloca los dos bloques de sonido en la mesa con la clave oculta y el siguiente jugador puede probar su suerte. Pero procura memorizar qué sonido has tenido en la mano para la próxima vez. De ese modo, cuando sea de nuevo tu turno será mucho más fácil encontrar dos sonidos iguales.

Fin del juego El juego o la ronda terminan cuando todos los bloques de sonidos se encuentran en manos de los jugadores con los símbolos a la vista. Habrás ganado el juego si consigues el mayor número de parejas de sonidos.

Os deseamos mucha diversión y buen oído para los diferentes sonidos.

Variantes Puedes acordar con los otros jugadores dejar los sonidos diferentes levantados con el símbolo a la vista. En ese caso es mucho más fácil encontrar los sonidos iguales.

Información para los padres Para la vida diaria es muy importante desarrollar sensibilidad para los diferentes sonidos y tonos. Inconscientemente nos orientamos en la vida cotidiana mucho más de los que pensamos por señales acústicas. En los cruces de calles podemos distinguir a qué distancia puede encontrarse un vehículo que se acerca. La madre reconoce por la llamada de su hijo, donde se encuentra en ese momento y si el niño siente miedo o alegría. Jugando se desarrolla la sensibilidad para los ruidos y sonidos. El juego estimula además la memoria y la clasificación de sonidos y ruidos iguales.