Los espejos son un instrumento para el autodescubrimiento, para explorar el cuerpo, la cara, las expresiones, los gestos... tanto de ti mismo como de la persona junto a ti.
Descubrirás efectos fascinantes como la ilusión de profundidad o la dispersión de la luz. Estimulan la curiosidad y añaden una nueva dimensión al espacio, o, sencillamente, focalizan un aspecto determinado.